La política de la política
La política no es ni más ni menos que el arte propio de la expresión de los ciudadanos de cómo se vive en sociedad.
La política no es ni más ni menos que el arte propio de la expresión de los ciudadanos de cómo se vive en sociedad. Es arte social, es algo propio de cada uno, cómo cada uno vivencia vivir en sociedad. Y puesto que es algo propio, subjetivo, y no tangible, hay tantas definiciones del mismo como personas en este mundo. Y no se puede escapar de él, a menos que se viva en una isla aislado de una sociedad.
Entonces, cada uno tiene una definición de qué significa vivir en sociedad, es algo que con nuestra imaginación construimos en nuestro interior. Como también construimos en nuestro interior y expresamos hacia afuera ese arte de vivir en sociedad, pero lo hacemos muy cuidadosamente.
Por un lado se encuentra nuestra construcción interiorizada de lo que es la política, y por otro hay una construcción con bordes suavizados de esa construcción que es la que terminamos expresando hacia afuera, que busca un sentido de pertenencia, ajustándose a conceptos predeterminados de corrientes ideológicas preexistentes. Y la diferencia entre ambos conceptos es crucial; ese delta entre el concepto interiorizado y el concepto exteriorizado de lo que es la política para nosotros es de lo que viven los políticos que elegimos cada cierto tiempo para representarnos. Ellos se aprovechan de ese delta, y forman su carrera política alrededor de eso.
… ese delta entre el concepto interiorizado y el concepto exteriorizado de lo que es la política para nosotros es de lo que viven los políticos…
Pero –y es un gran pero– los tiempos cambiaron. Ya todos tenemos voces propias, y espacios virtuales donde nos congregamos con la sociedad donde expresamos nuestro sentir, y hacemos política de la política, queriendo adoctrinar a otros a pensar como nosotros de lo que es la política y cómo debería ser ejercida. Tironeos de ideologías, de nombres de políticos y su equipaje de errores cometidos. Estamos en la era de la información y de la redes sociales, donde todos nos representamos a nosotros mismos, y aún así, seguimos queriendo encajonarnos en bandos, donde si el otro no pertenece al mismo bando que yo, está equivocado.
Estamos en la era de la información y de la redes sociales, donde todos nos representamos a nosotros mismos, y aún así, seguimos queriendo encajonarnos en bandos…
Personalizar la política, hacerla de cada uno y poder ejercerla respetando al prójimo, eso es lo que deberíamos poder estar capacitados para hacer, pero ante tanta carencia de respeto por el otro y otras necesidades básicas, es casi una utopía conseguirlo. Pero la era de la tecnología de la información llegó para quedarse y se puede sacar provecho de lo que nos aporta: hoy tenemos más poder con un celular que con una papeleta en una votación nacional.
… hoy tenemos más poder con un celular que con una papeleta en una votación nacional.
Hagamos política de la política, pero en el ámbito virtual, con ciertas reglas básicas. Una plataforma donde las personas puedas volcar lo que piensan de legislaciones actuales, de cómo viven y cómo pueden vivir mejor, porque cada uno sabe uno o dos temas donde le gustaría estar mejor y quizás ya tenga un par de planes, y si todos nos juntamos a bosquejar algo seguro a algo se llega. ¿Ya se ve la utopía de la que hablaba?
Las utopías empezaron como tales y luego terminaron siendo la normalidad. El voto de la mujer, la abolición de la esclavitud, un sinnúmero de ocasiones donde la humanidad estaba equivocada y que luego de luchas se consiguieron cambios sustanciales a cómo se vive para llegar a cómo vivimos hoy. Y todos nosotros podemos ser parte de un nuevo cambio que nos sirva más como sociedad.
La realidad en la que vives fue inventada por personas no más inteligentes que tu; si quieres modificar la realidad, no hace falta más que imaginarla y tener ganas de que suceda, generando acciones, apoyando movimientos, haciendo escuchar tus inquietudes.